Si experimentas la realización del Ser, no la tomes nunca a la ligera, pues en cuanto se tambalee tu fidelidad a la Verdad, te encontrarás nuevamente en el estado de separación. Si aspiras a la Verdad y no quieres limitarte a saborearla, tendrás que guardarle una fidelidad absoluta y no podrás traicionar esta fidelidad jamás. Si quieres que la libertad sea una experiencia permanente y viva, tu aspecto humano tendrá que mantenerse fiel a la Verdad y deberá estar comprometido con ella. Para ser libre, el aspecto humano tendrá que comprometerse con la Verdad para siempre.
Cuando me hacen la pregunta eterna de "¿cuándo terminará todo?", me doy cuenta de que la libertad está muy mal entendida. La gente cree que la libertad implica no tener que apreciar conscientemente cada momento, no tener que poner nada de sí mismos y no tener que hacer el más mínimo esfuerzo. Mi respuesta, por tanto, es "nunca". Esto no quiere decir que no puedas relajarte nunca, sino que lo harás de un modo consciente. Podemos estar relajados y mantener, al mismo tiempo, el corazón abierto, disponible y presente. Cuando lo hacemos, nuestras relaciones se ven profundamente afectadas. Si pretendemos alcanzar la libertad, la estabilidad de la conciencia es más importante que la atención. No podemos darnos el lujo de flaquear con nuestra conciencia. Nunca.
Cuando traicionas tu fidelidad a la Verdad dejas de ser libre en la Verdad. En cuanto haya algo que adquiera más importancia que la Verdad (poder, halagos, personas, lugares, cosas, amores externos, respeto, reconocimiento), empezarás a sufrir y a sentir la separación. En la Verdad sólo hay sitio para la Verdad. Esto significa que en la Verdad sólo cabe ella misma, y que lo único que podemos hacer es elegirla y amarla. Un compromiso fuerte hacia la Verdad conlleva una elección permanente, constante.
Cuando me hacen la pregunta eterna de "¿cuándo terminará todo?", me doy cuenta de que la libertad está muy mal entendida. La gente cree que la libertad implica no tener que apreciar conscientemente cada momento, no tener que poner nada de sí mismos y no tener que hacer el más mínimo esfuerzo. Mi respuesta, por tanto, es "nunca". Esto no quiere decir que no puedas relajarte nunca, sino que lo harás de un modo consciente. Podemos estar relajados y mantener, al mismo tiempo, el corazón abierto, disponible y presente. Cuando lo hacemos, nuestras relaciones se ven profundamente afectadas. Si pretendemos alcanzar la libertad, la estabilidad de la conciencia es más importante que la atención. No podemos darnos el lujo de flaquear con nuestra conciencia. Nunca.
Cuando traicionas tu fidelidad a la Verdad dejas de ser libre en la Verdad. En cuanto haya algo que adquiera más importancia que la Verdad (poder, halagos, personas, lugares, cosas, amores externos, respeto, reconocimiento), empezarás a sufrir y a sentir la separación. En la Verdad sólo hay sitio para la Verdad. Esto significa que en la Verdad sólo cabe ella misma, y que lo único que podemos hacer es elegirla y amarla. Un compromiso fuerte hacia la Verdad conlleva una elección permanente, constante.
"La Danza del Vacío". Adyashanti
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